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lunes, 8 de marzo de 2010

ISLAS MARQUESAS part 1


Situadas en la Polinesia francesa, de todas las islas del mundo, éstas son las que más lejos se encuentran de un continente. El aislamiento del que disfrutan las convierte en uno de los lugares más enigmáticos del planeta; si a ello se une un clima apacible y la cordialidad de sus habitantes, la Marquesas resultan el lugar perfecto para despertar pasiones o iniciar una nueva vida.
Recientes estudios nos permiten saber que fueron habitadas hace casi 2.000 años por indígenas procedentes de Samoa y Tonga. Pero la historia de las Marquesas es un largo proceso de mezclas y mestizajes, y esta variedad de culturas sigue vigente hoy en día. De las 8.000 personas que habitan las islas, la mayoría son nativas, pero hay un importante porcentaje de población que proviene de los más diversos rincones del mundo. Europeos, asiáticos y americanos han decidido instalarse en alguna de las islas y convertir a la Polinesia en el hogar de su familia.
Sus habitantes eran en otra época guerreros, caníbales y expertos en el arte del tatuaje. Eran poco hospitalarios y los ocasionales visitantes iban a parar al horno antes de ser devorados. Luego llegaron los misioneros, la religión, las armas y las enfermedades: la población autóctona disminuyó drásticamente. Hoy en día sobreviven gracias a la artesanía –tienen una habilidad casi innata para tallar la madera y pulir la piedra, y sus trabajos artesanales son apreciados en toda la Polinesia- y el cultivo y exportación de copra: el fruto del coco, secado al sol, del que se extraen aceites, bronceadores y jabones. El turismo es todavía incipiente. Si hace 200 años se comían a los visitantes, ahora se alegran de su llegada porque generan riqueza, les permiten salir del aislamiento e incluso recuperar de alguna manera la antigua cultura que bien se encargaron los misioneros de hacer desaparecer junto a las prácticas de canibalismo.
Nuku Hiva tiene una extensión de 330 kilómetros cuadrados y es la isla de mayor tamaño del archipiélago. En la costa meridional se encuentran las tres bahías principales: Taiohae, Hakaui y Controleur, mientras que el resto de la isla es abrupto y acantilado, prácticamente inaccesible desde el mar. El monte Tokao, de casi 1.200 metros de altitud, es el más alto de Nuku Hiva. Si se llega en barco, el puerto de entrada es la bahía de Taiohae, punto de encuentro de navegantes en pequeñas embarcaciones que, sin prisas, dan la vuelta al mundo. Montañas y acantilados, en los que la vegetación rezuma sobre las escarpadas rocas, forman un precioso anfiteatro natural a su alrededor. A un extremo de la bahía, las casas de Taiohae aparecen como un pequeño desafío del hombre ante la Naturaleza. En la bahía siempre hay algunos veleros fondeados.
En las Marquesas no hay una barrera de arrecifes que proteja las islas del mar abierto y las olas chocan con ímpetu contra los acantilados. Tal vez por este motivo los habitantes de la isla viven un poco de espaldas al mar. Ua Pou, otra de las islas más visitadas del grupo norte, nos sumerge en una atmósfera tranquila, donde campesinos y artesanos se toman la vida con calma, sin prisas. En realidad todas las islas se parecen, si no exactamente en su orografía, sí en la sensación que transmiten: la realidad de encontrarse lejos de todo el mundo, en pequeña comunidad, y de tener tiempo para todo.

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