
Así como la bella estampa de su caserío que se presenta a nosotros rezumando historia, pero siempre mirando hacia un futuro esperanzador.
La Villa de Agüimes conserva su carácter severo.

Tiene una bella iglesia de piedra con empaque catedralicio, que atesora en su interior imágenes como las de Nuestra Señora del Rosario, una Dolorosa y San Juan atribuidos a Luján, un San Antonio Abad y un San Francisco, este último muy antiguo.

La villa también conserva algunas casas típicas del país, con sus patios abiertos y las escaleras sencillas de madera que enlazan con las altas galerías, abiertas también.

Todo el conjunto orientado hacia el sur para resguardarlo de los vientos. El Palacio Episcopal, en cambio, debió de ser una especie de fortaleza, expuesta a todas las tormentas.(

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